lunes, 16 de mayo de 2011

Ruta por las Peñas de Miera. Otoño 2010

Para iniciar la ruta, amanecimos temprano.... y después de poner entre todos en la mesa, dimos buena cuenta de los humeantes cafés y colacaos, croasanes tiernecitos, madalenas y unos bizcochos caseros riquísimos…ñam ñam
Con la panchita llena nos subimos a un microbús que nos acercó hasta el último lugar donde la carretera es accesible para vehículos, ahorrándonos una considerable parte del camino.

Nuestro primer objetivo fue conocer Los Pozos de Noja, dos pequeños embalses artificiales construidos a principios del siglo XX por la compañía Electra Pasiega, que aprovechó una zona de turbera donde de manera natural se acumulaba el agua de escorrentía o de deshielo para hacer un pequeño dique y que se formasen estos pozos. En su día estos pozos alimentaron dos turbinas y  sirvieron para suministra energía eléctrica a Liérganes y los pueblos de la Comarca.

Las vistas desde este lugar son impresionantes….pudimos ver perfectamente el mar,la bahía de Santander, Peña Cabarga, el monte Cincho y hasta casi Argoños!!

Desde el mirador de Los Pozos de Noja continuamos ruta, custodiados por el Enguinza (964 m), hacia el Hoyo Castrejón.


Por el camino nos encontramos “artilugios” ideados por los merachos para acarrear lo necesario para construir sus cabañas o bien para transportar hasta ellas sus enseres.




Una vez atravesado el Hoyo Castrejón, nos dirigimos hacia la fresquera de Fuñumiga a la que se accede cogiendo un desvío (indicado en el camino). Si no nos desviásemos en ese punto, el camino nos llevaría por la “Calzada de las Peñas” hasta el barrio de Mirones en La Cantolla. Esta calzada es un antiguo camino carbonero usado para el acarreo de los troncos de los árboles de la zona hasta las Reales Fábricas de Cañones de La Cavada y Liérganes donde se empleaban como carbón vegetal para abastecer a los hornos siderúrgicos.

Una vez tomado el desvío continuamos y nos encontramos con alguna cabaña meracha…descubrimos cómo los merachos se ingeniaban “cuencos” horadados en la piedra donde dar de beber a las gallinas.

 
Casi deslizándonos por un hayedo descubrimos la Fresquera!!...construida en el año 1764 para acumular grandes cantidades de nieve en invierno, que mediante presión se va convirtiendo en hielo, que se conservaba largo tiempo ya que la fresquera estaba situada estratégicamente en esta zona profunda y umbría. Este hielo, según nos contaron los merachos, se utilizaba para aliviar a los quemados cuando se producían accidentes en las Reales Fábricas de Cañones de Liérganes y la Cavada.


En el hayedo encontramos este hongo yesquero…utilizado ya desde tiempos prehistóricos como iniciador o brasa para hacer fuego.

Una vez abandonado el hayedo se nos presentó una de las impresionante panorámica otoñales que podemos disfrutar en el Macizo de las Enguinzas

Y pudimos encontrar otras fresqueras, estas ya familiares, donde se guardaba la leche recién ordeñada y otros alimentos que se necesitaba conservar frescos.

El paisaje cambia radicalmente, y pasamos a andar por zona caliza con muy poca cobertera vegetal en la que apenas vemos algún árbol.





Una gruta utilizada por los pastores para refugio de ovejas y cabras nos sirve para descansar un poco y reagruparnos.
En el último tramo del camino, el paisaje vuelve a cambiar y volvemos a encontrarnos praderías con mucha pendiente y delimitadas por muros de piedra.
Desde este punto podemos ver el pueblo de Linto, también perteneciente al municipio de Miera.


La ruta nos lleva hasta el barrio de Irías, y de ahí ya por carretera asfaltada llegaremos a La Cárcoba.





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